Piedra, madera y adobe


Ermita de San Martín




Dibujo de Ernesto Reiner: ermita de San Martín
Dibujo de Ernesto Reiner (27-11-1982)
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Para ver el dibujo en el punto donde se realizó.



    -Suba, suba. Allá estará bien, le dará el sol. Antes dábamos un bollo de pan el día de la fiesta pero ya no la celebramos.

Ernesto Reiner, 1984


(c) de los dibujos: Ernesto Reiner Muller


Ermita de San Martín

Pueblo de ermitas era Soto. Actualmente sólo una permanece activa. Quedan ruinas de San Martín y El Campo y -a principio del s. XXI- fue restaurada para otros usos la de San Antón.

Hasta el primer tercio del siglo XX aún permanecían tres dentro de la población: la que sigue activa coronando la colina, Ntra. Sra. de Rosario (situada en la carretera), y San Blas (debajo de la carretera a la entrada al pueblo; su edificio, no utilizado como ermita hacía muchos años ya, fue derribado en el año 1998). El resto estaba situado en los diversos caminos que unían Soto con las poblaciones de las alturas: El Campo, en el camino de Luezas; San Babilés, en el cruce del camino de Treguajantes y el de la umbría; San Antón, en el camino de Treguajantes; y la que nos ocupa: San Martín. Plantada en el camino a Trevijano, su pórtico - rasgo típico de todo este segundo grupo de ermitas- podía dar cobijo a viajeros y caballerías cuando eran sorprendidos por una tormenta.

Si exceptuamos la ermita de la Virgen y la de El Campo, el resto sólo tenía actividad un día al año, el día del santo al que estaba dedicada. La fiesta de San Martín se celebraba el día 11 de noviembre; el premio para los que subían, un bollo de pan.

Esta ermita “Se edificó a espensas de D. Antonio Elías Romero año de 1876”, según figuraba en una inscripción. Pero -al menos desde 1746- la ermita de San Martín, como el resto, había recibido la “visita de de inspección” periódica por parte del representante del obispo.



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