A
la iglesia parroquial puede accederse por la calle dedicada al Marqués
de Vallejo o por las escalinatas en piedra que se construyeron "a expensas"
de dicho marqués en el año de 1889, según reza la lápida.
El edificio
De la iglesia parroquial de Soto destaca su tamaño, entre otras cosas. Construida en mampostería con las esquinas y otras zonas concretas en piedra caliza labrada, el revestimiento de su interior es de finales de los años 50 del siglo pasado. La iglesia ya estaba construida en el siglo XVII, pero hubo de remodelarse varias veces por causas diversas, la última a finales del siglo XX para reconstruir la cúpula del crucero (caída un mediodía de 1990) y todo el pavimento excepto la zona de debajo del coro y capilla bautismal.
De planta basilical, está formada por una amplia nave de cuatro tramos, crucero con cúpula sobre pechinas y linterna; la cabecera es rectangular. En los tres primeros tramos tiene capillas entre los estribos sin contrafuertes en el exterior; el cuarto tramo lo forman los dos accesos (por sur y norte; éste tapiado desde tiempo inmemorial). Cierra la iglesia un coro alto a los pies, sustentando por bóveda de crucería. El coro se extiende al lado de la epístola y evangelio sobre los dos accesos; en un caso sostiene el órgano y en el otro no se utilizó salvo para guardar elementos inservibles. Tras una verja y bajo el coro, un tercer acceso se abre al oeste a un pórtico de tres tramos.
Como en muchas otras iglesias, su suelo fue cementerio; el pavimento, renovado en los años noventa del siglo pasado tras las obras en la cúpula, imita fielmente el que existía con anterioridad. Del original aún se conserva la parte situada debajo del coro, con las tumbas destinadas a niños.
La cubierta está formada por bóveda de lunetos sustentada por arcos de medio punto apoyados en pilastras toscanas cruciformes. El crucero lo hace con cúpula sobre pechinas y linterna. La cúpula fue rehecha totalmente con armazón de hierro tras su hundimiento en el año 1990.
ábside
El altar mayor, cuyo retablo -neoclásico de finales del XVIII- es uno de los últimos retablos mayores de La Rioja, está dedicado a San Esteban, al igual que la vidriera que al pie de la nave da "luz" al coro. Obra de 10 por 9 metros, está planteado en banco, tres calles separadas por columnas corintias -las del medio pareadas-, y ático con frontones redondos, el primero roto y ajustado a la bóveda el segundo.
Destacan -aparte de la enorme imagen del patrón- figuras de gran tamaño dedicadas a San Pedro, San Martín de Tours y otras más pequeñas a Santiago el mayor peregrino y San Juan Bautista. En el frontón partido, las virtudes de la Fe y la Esperanza. Arriba, en un bajorrelieve, se ve la Asunción de la Virgen. Como en muchos otros retablos de esta zona, corona toda la imaginería el busto del Padre eterno bendiciendo al mundo. En el banco sobre el que se asienta todo el retablo, relieves de los los cuatro evangelistas en las bases de las columnas; en las calles laterales, relieves del martirio de Santa Lucía, y la degollación de santa Bárbara; en la calle central, bajo el sagrario, el Cordero místico rodeado de ángeles, reaprovechado del frontal del antiguo altar que se retiró en las reformas litúrgicas del segundo tercio del siglo XX. Muchas de las piezas que componen el retablo han sido aprovechadas de retablos anteriores.
En las paredes laterales de ábside, destacan dos dobles medallones con figuras polícromas en bajorrelieve, barrocos de la segunda mitad del siglo XVII, atribuibles al taller de Sebastián del Ribero representando cuatro pasajes bíblicos: en el lado del Evangelio, Adoración de los pastores y de los Reyes Magos; en el lado de la Epístola, Anunciación y Visita a Sta. Isabel.
Lo único que queda del antiguo altar es el expositor. Ese expositor se convertía también en los días de Semana Santa en el centro del "monumento", construcción que con grandes bastidores cubiertos con lienzos con pinturas referentes a la pasión cubría totalmente la boca del ábside desde el suelo hasta la bóveda y creaba dentro de él una capilla temporal con paredes y techo formados por los bastidores con pinturas.
Otros retablos
De los seis altares laterales (que fueron ocho hasta que el derrumbe de la cúpula se llevó por delante a dos) conviene destacar los retablos dedicados a la Virgen de la Merced en el crucero en el lado del evangelio, y los de San Isidro y San Antonio en el tramo tercero.
El del brazo del crucero está formado por zócalo, cuerpo en tres calles separadas por balaustres y estípites, y ático. Se trata de un retablo barroco de mediados del siglo XVIII con cinco imágenes: una pequeña de San Blas en el zócalo; san Raimundo de Peñafort, la Virgen de la Merced, titular de la capilla, y san Ramón Nonato en el cuerpo; y san José en el ático.
En el tramo tercero, lado del evangelio, el retablo de San Antonio de Padua consta de un cuerpo y ático con estípites. Además de la imagen del titular en el cuerpo, figura la de Santo Domingo Gozmán en el ático. Como el anterior, se trata de un retablo barroco. Una inscripción no da una fecha: "Don Juan Isidoro Pérez de Aguilar puso el santo en esta capilla; dio ayuda para dorar el retablo 2800 reales. Año de 1738."
Frente a él, en el lado de la epístola encontramos el retablo dedicado a San Isidro Labrador con zócalo, cuerpo y ático con columnas corintias y estípites, barroco de hacia 1740. La imagen del ático está dedicada a san Vicente Ferrer. Una inscripción que dice "Donaron esta imagen de san Isidro, doraron éste a sus expensas los señores don José de Vilasana y Caro, Arcediano de Trastámara, dignidad de la santa Metropolitana Iglesia de Santiago, señor de la villa de [...], tenente del Ilustrísimo Señor, Mayor de su Majestad. Y don Ambrosio de Villasana y Caro, capellán de honor de su Majestad."
De los otros retablos se sitúan dos en las capillas del tramo segundo y están dedicados a la Dolorosa y a la Virgen del Rosario. ambos
neoclásicos de hacia 1800. El tercero está en el brazo del crucero, lado de la epístola. Arruinado el original, dedicado a la Virgen
del Carmen, con la caída y la cúpula y humedades siguientes, ocupó su lugar el altar del Cristo, antes situado en el brazo del
evangelio, junto a la entrada a la sacristía.
Coro y torre
El coro alto a los pies de la nave está sustentado en bóveda de crucería. Su sillería de 18 asientos tiene forma de U; en el centro se conserva el facistol. El coro central se extiende, a través de sendas puertas sobre los accesos norte y sur del edificio. Además, otro recinto aprovecha la superficie de la capilla bautismal, situada debajo. Las escaleras que llevan al coro continúan hasta lo alto de la torre, la torre más esbelta y alta de la sierra, cuyas campanas marcan actualmente las horas del reloj y acompañan la vida diaria de esta población; hasta no hace muchos años mediante toque manual y hoy de forma automática. La torre, de piedra caliza, tiene planta cuadrangular en sus dos primeros cuerpos y pasa a octogonal en el campanario. Un chapitel de formas curvas construida en pesado ladrillo rojo la remataba hasta finales del siglo XX. Debido al estado de ruina con caídas frecuentes de ladrillos, se procedió a la restauración de los dos cuerpos superiores y -sobre todo -chapitel en el año 2000.
Nota: parte de la información que aparece en este artículo está tomada del semanario de la diócesis "Pueblo de Dios" del 19 de junio de 2011 del artículo que D. Pablo Díez Bodegas dedicoacute; a la iglesia parroquial de Soto. Agradecemos también los datos que nos prestoacute; en su momento D. Domingo Lázaro.
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Iglesia parroquial
Duración: 42 segundos.
Fecha: 2015
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