Situado a 42ª 17' de Latitud Norte y a 1ª 16' de Longitud
Oeste alcanza una altitud de 717 metros en la plaza, siendo la mayor altura
del término 1.326 m sobre el nivel del mar. Pertenece, por su red
fluvial, a la cuenca del Ebro y por la estructura del relieve a la Cordillera
Ibérica. Aunque se halla dentro de la cuenca del Ebro no tiene ya
los caracteres de su depresión de la que lo separan la altitud y
su situación al sur.
Que hace muchos años anduvieron por aquí los
dinosaurios está
claro. Pero, aunque sí muchas huellas, no nos dejaron nada escrito.
La primera mención histórica de esta localidad serrana parece
ser hacia el año 1037, en un documento de venta de una casa. Posteriormente,
en el año 1066, vuelve a aparecer citado en el testamento de la
reina Doña Estefanía, que legó la población,
junto a otras cercanas como Leza y Ciellas, a su hijo Don Ramiro.
Y este es el lugar de citar, como en los "apuntes históricos" de principios de siglo, a la "verdadera pléyade de hombres ilustres que aquí nacieron y bautizados fueron en su ilustre pila bautismal". Algunos de ellos siguen dando nombre a calles o paseos de la localidad. He aquí una lista reducida:
Entre los pueblos
de Cameros cabe distinguir los que se encuentran en el fondo del valle
y aquellos enclavados en lo alto de la montaña. Soto pertenece al
primer grupo con el río dividiendo en dos mitades su casco urbano, como puede
verse en el plano.
Paisaje
de sierra, pero de la sierra de Cameros Viejo, que es muy distinto a la
de la sierra hermana. Prácticamente toda la sierra de Cameros Viejo
presenta en su conjunto un aspecto más hosco y escarpado que el
Cameros nuevo. Probablemente debido a una tala sistemática de los
bosques primitivos, en la actualidad las zonas de aprovechamiento para
cultivos o pastos han desaparecido de grandes extensiones, dejando al descubierto
la roca. La erosión ha hecho que muchos terrenos sean ya irrecuperables.
Este municipio riojano pertenece a la Sierra de los Cameros Viejos y se
halla ubicado en el valle del río Leza. Es el primer ayuntamiento
que, ascendiendo por el valle, recibe el sobrenombre de "en Cameros". Situado
en el extremo norte de la sierra, a pocos kilómetros de su jurisdicción
el valle del Leza deja su encajonamiento y se abre ampliamente confundiéndose
con la llanura de la Rioja central. La distancia a Logroño
es de 29 kilómetros a través de la carretera local LR-250
por Ribafrecha y Villamediana de Iregua.
Su término municipal, que
agrupa además a Treguajantes (aldea histórica de Soto) y a Luezas y Trevijano (con ayuntamiento propio hasta el último tercio del siglo XX),
tiene 49,3 km2 y los habitantes de derecho no llegan a los 200.
"Sit. en el centro de un barranco, circumbalado de cuestas en la pendiente
de una de las cuales se halla la mayor parte de la pobl., con esposición
al S.; y la otra parte al otro lado del r. Leza, las que se comunican por
medio de un puente de piedra de 2 ojos.[........] Tiene 450 CASAS regulares,
distribuidas en 27 calles tortuosas, obscuras y pendientes, y 2 plazas;
un buen hospital de San José, con su oratorio, otro que se titula
de Peregrinos; escuela de niños á la que concurren 200, dotada
con 42 rs. diarios; otra de niñas con 50 de asistencia y 10 rs.
diarios de dotación en cuyo mismo edificio celebra el ayunt. sus
sesiones;..." según reza el Diccionario de D. Pascual Madoz.
Algo se parece Soto a esta
descripción del siglo XIX, pero los cambios han sido muy grandes.
Muchas de las casas que se asentaban "en la pendiente" han desaparecido
y la población ha tendido a acercarse a la parte baja del pueblo;
de aquellas escuelas de 200 niños y 40 niñas (¿dónde
están las niñas que faltan?) sólo queda el edificio.
Pero también ha mejorado: el Hospital de San José, en estado
ruinoso hasta hace pocos años, es ahora un albergue juvenil con
abundante actividad; las 27 calles tortuosas, obscuras y pendientes, siguen
siendo igual de pendientes, pero son menos tortuosas y, sobre todo, han
dejado de ser oscuras. Puedes ver el plano actual
de la localidad con los lugares más emblemáticos.
Desde 1366, y por donación de Enrique II, ejercieron su autoridad
los Condes de Aguilar, que la cedieron en el siglo XVIII a los Marqueses
de valverde hasta la abolición de los señoríos.
Como muchas poblaciones de Cameros, a mediados del siglo XVIII, Soto tenía
fundamentada su economía en la ganadería al abrigo de la
Mesta y la industria textil, llegando a contar con más de 1000 habitantes
a finales del siglo XIX. Como en muchos otros pueblos serranos, también
Soto envió allende los mares a muchas de sus gentes en busca de
fortuna. Muchos la consiguieron y algunos, como Don
Juan Esteban de Elías, (que
hizo construir un hermoso edificio para escuelas a sus expensas) devolvieron
parte de esa fortuna al pueblo que los vio nacer.
Que a principios del siglo XIX hubiera en Soto 7 fábricas de hilar
lana, 12 ó 13 batanes y tintes y 3 molinos harineros (5 se han conocido en la primera mitad del s XX), nos habla
de la importancia que tuvo esta población. No es extraño
que, a principios de este siglo tuviese aún 1000 habitantes 615 vecinos en 1845, 322 en 1885). Con
la desaparición de los establecimientos textiles de esta zona, sólo
quedó la industria confitera (con cuatro fábricas del rico
Mazapán de Soto en sus buenos tiempos, de las cuales sólo
una permanece aún en el pueblo). Ello llevó a que la población
fuese disminuyendo rápidamente durante este siglo, quedando reducida,
de hecho, a poco más de un centenar de personas.
Tras la última gran oleada migratoria de los años 60 y los
años siguientes, Soto quiere recuperar el tiempo perdido y renueva
sus casas, repara sus calles principales, intenta rejuvenecer.
D. Pedro González Vallejo, Obispo de Mallorca y arzobispo electo de Toledo en 1833 aunque no llegase a tomar posesión de la sede primada. Fue Diputado a Cortes.
D. José González Vallejo, hermano del anterior. Fue Ministro de Gracia y Justicia en el reinado de Fernando VII.
D. Manuel Jiménez Pérez,del Consejo de S. M. yObispo de Puerto Rico, abad de Santa María la Real de Nájera y fundador, junto con su hermano -acaudalado comerciante de Cádiz- del Hospital de San José, edificio convertido hoy en el Albergue Juvenil del mismo nombre. En la repisa inferior de dicho edificio puede leerse la siguiente inscripción: "DOMVS PAVPERUM SCALA COELI. AÑO DE 1775. En la superior dice: ESTA OBRA Y SV FVNDACION SE HIZO A EXPENSAS DEL ILMO. Y RMO. SR. D. FR. MANVEL XIMENEZ PEREZ DEL CONSEJO DE SV M. Y OBISPO DE S. JVAN DE PVERTORICO Y DE SV HERMANO D. JVAN ANTONIO JIMENEZ PEREZ VEZINOS DE CADIZ HIXOS Y NATVRALES DE ESTA VILLA DE SOTO AÑO 1775
D. Claudio Antón de Luzuriaga, Ministro de Hacienda en el reinado de Isabel II. En 1855 ocupó la presidencia del Tribunal Supremo.
D. Buenaventura González Romero, Ministro de Gracia y Justicia durante el mismo reinado, entre 1851 y 1852. Senador vitalicio.
D. Juan Esteban de Elías, fundador de las Escuelas de Soto, cuya reseña biográfica puedes leer.
D. Diego Fernández, Marqués de Vallejo. Fue fundador, entre otras instituciones, de las siguientes: Patronato para pobres y estudiantes en esta villa; Colegio-Asilo de Huérfanos de San Diego y San Nicolás; Asilo de Epilépticos de Carabanchel; Instituto de Artes e Industrias.
D. José España Puerta, senador vitalicio y autor de la fundación de su nombre en Soto. Da nombre al Paseo del Cascajar, que discurre paralelo al río.
D. José María de Arizaga, célebre botánico cuyas obras, inéditas, fueron sacadas a la luz por el Jardín Botánico de Madrid.
D. Francisco Elías, escultor de cámara de la reina Isabel II.
Situado en el fondo del valle del río Leza, a 717 metros de altitud,
va escalonando sus casas sobre la colina que encajona el barranco del Hayedo.
Disposición típica de pueblos de montaña, orienta
sus casas hacia el sol del mediodía, mientras que la colina lo protege
del viento norte del invierno.
Pueden distinguirse dos partes dentro del pueblo: una más antigua
(la que cabalga en la colina citada) y otra más moderna nacida a
ambas partes de la carretera. Están separadas por el río
Leza y unidas por un puente de piedra. La primera es la que representa
el núcleo primitivo del pueblo, que tenía su centro en una
plazuela a mitad de la colina -"Plaza del Moralejo"- y su alma en la
Fuente de los Caños,
hoy totalmente desplazada ya del pueblo. La segunda presenta un aspecto
totalmente distinto, con los edificios en línea a lo largo de la
carretera, pero sin profundizar en el monte: disposición típica
de las edificaciones nacidas a lo largo de una vía de comunicación.
Hace ya muchos años que el centro de gravedad de la población
se ha desplazado de la colina al fondo del valle situándose el centro
del pueblo al nivel del río: este centro lo constituye la
plaza.
La
vida en el pueblo ha cambiado mucho, y con ella también han cambiado
las casas. Pero aún queda la casa típica de este pueblo,
funcionalmente unida al trabajo del campo. Lo más habitual es una
gruesa pared de piedra caliza hasta la primera o segunda planta y adobe
con entramado de madera (oculto por el yeso o no) a partir de ahí.
Al estar asentadas sobre la ladera del monte, la fachada que da a la calle
de abajo es mucho más alta que la de la calle de arriba, incluyendo
una o dos plantas más. Había un modelo de distribución
de dependencias que se repetía: una planta baja constituida por
las cuadras y almacén de forraje; en la segunda se encontraban los
dormitorios; la tercera (al nivel de la calle de arriba), la forman la
cocina y dependencias anejas; finalmente, en el piso superior, se ubicaban
los graneros -"alorines"-, el horno (muchas veces volado sobre la fachada
para ganar terreno y evitar incendios) y una dependencia típica
en estas tierras, la solana: abierta al sol del mediodía, protegida
por una balaustrada de madera, sirve para secar frutos y tender la ropa.
Varios
son los lugares
para visitar, pero un paseo por sus calles empinadas, algunas de las
cuales aún conservan su rústico empedrado,
contemplando casas de hasta siete "alturas", no hay que perdérselo.
Los
caracteres del paisaje son los del modelado calcáreo o cárstico.
El río ha profundizado en la roca caliza y ha labrado, aguas abajo
del pueblo, el llamado Cañón
del río Leza. Fácilmente pueden verse, la disposición
de los estratos calizos. Los encontramos completamente horizontales, inclinados
suavemente y casi verticales. De una forma general podemos decir que la
estratificación es más horizontal siguiendo el curso del
río aguas arriba y demuestra mayor movimiento en la zona más
baja. Este relieve, relativamente joven sigue en movimiento en algunas
zonas, como en "Los Hundidos".
Pero Soto
no es sólo el río. Los 609 metros que separan en altura la
plaza del punto más alto de su jurisdicción pueden darnos
idea de lo accidentado del relieve. El río Leza divide de S. a N.
la jurisdicción. Es la margen E. del río la que destaca por
la longitud de sus valles y la altura de sus macizos montañosos:
La Cucurucha (1145 m.), Tajadilla (1211 m.), Bardigüela
(1120 m.). Como valle tipo podemos citar el barranco del Hayedo. Formado
por dos laderas pendientes (solana y umbría) que se unen en el lecho
de peñasco del barranco sin dejar, en muchos tramos, anchura para
un sendero, tiene una longitud de algo más de 3000 metros. La umbría
conserva cierto tipo de vegetación (monte bajo y pastizal) que la
reserva de la erosión en masa que ha atacado, por el contrario,
a la solana. El borde de este valle, justamente en la divisoria de aguas
entre el Leza y el Jubera, marca las máximas alturas del término:
1326 m.
Aunque
el barranco del Hayedo no nos lleve a él, ni en el término
del Toconal quede ya ningún tocón, aún quedan algunas
manchas de árboles. En unos casos se trata de bosques autóctonos
(Dehesa de Varcárcel, con robles), Hayedo de Luezas...; en otros, nos
tropezamos con pinos de repoblación, una repoblación comenzada
en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado años y que sigue intentando recuperar
terrenos baldíos.
Así
que hay sitios abundantes para contemplar, y de características
muy diversas. Sin salir del pueblo, está el río, la
"Cárcara", una panorámica
desde Sobrepeña y un paseo hasta la fuente
de los Caños. Si hay más tiempo, la carretera -vieja
o nueva- nos lleva valle abajo o valle arriba. Y si se es aficionado al
senderismo, los antiguos caminos de caballerías que comunicaban
Soto con los pueblos situados en lo alto de los montes siguen ofreciendo
vistas inmejorables: camino de la Solana, camino de Santa Marina, camino
de Peñalamora
, camino de Treguajantes, caminos a Luezas o camino de Trevijano.
La Virgen del Cortijo: 8 de septiembre. Las fiestas suelen celebrarse en el fin de semana anterior o posterior a dicho día cuando no coinciden en sábado o domingo.