Las hojas que aparecen en el ángulo superior derecho tienen que pertenecer a los abuelos de los actuales olmos que brotan en la pared. La enfermedad aún no había hecho mella en ellos.
Lo que vemos abajo es casi lo que vemos hoy, pero con algunas diferencias: el Hospital de San José, hoy Albergue juvenil con el mismo nombre, estaba en funcionamiento; también las eras de El Campo, que suben hasta Llano (un llano con un desnivel que invalida el nombre, pero para eso estamos en un pueblo de sierra); los edificios junto a la Fuentita, han cambiado: desapareció Ntra Señora, ermita con funciones de asilo hasta los primeros años del siglo XX. Su campana, cuyo sonido llegaba a las fábricas de arriba y a las de abajo, marcaba a las seis de la tarde el final de la jornada.
Y cuando los únicos usuarios de la carretera eran carros, caballerías o automóviles sin aire acondicionado, los árboles a ambos lados -nogales habitualmente- eran de agradecer. Es lo que vemos en la salida hacia Valderraquillos.