De la enorme actividad que tuvo la industria de la lana en Soto, lo último que se recuerda es la fábrica de arriba y la fábrica de abajo. La de la fotografía es la primera. Como su nombre indica, estaba situada aguas arriba, debajo de la carretera una vez pasado el puente de Valderraquillos, uno poco más arriba de lo que fue la presa que recogía el agua que, a través de la acequia de La Cuerda, llegaba al molino y a la turbina de la electra.
Perteneció esta industria a un censo que, a principios del siglo XIX, aún englobaba 7 fábricas de hilar lana, más de 11 batanes y tintes, y 3 molinos harineros.
Al fondo se adivinan las casas más altas del pueblo y la ermita; levantando la vista, la cima de la Cucurucha con sus 1145 m. sobre el nivel del mar.