El color de la fotografía y los coches en la plaza ya nos dicen que su antigüedad es relativa. Son los primeros años ochenta del siglo pasado y nos sirve para ver la gran transformación que ha habido en la zona de la plaza desde entonces.
No se había cubierto aún el barranco y se ve el puente que unía Plaza y Placita. Aunque da la sensación de arco, son las sombras: se trataba de una plataforma recta de cemento con barandillas de hierro a ambos lados. Para pasar desde el puente hasta el Cascajar sin atravesar Portales, había que bajar al lecho del barranco y subir la pequeña escalera de piedra que se adivina a la izquierda.
El barranco fue cubierto en dos fases: primero se derribó muro y poyo y se hizo el actual aparcamiento en la calle Marqués de Vallejo; años más tarde se cubrió la parte de detrás de las antiguas escuelas.